La vitamina D es más que una vitamina; es clave para la salud ósea, el sistema inmunitario, la salud mental y más. Pero, ¿sabes si tienes suficiente o cómo obtenerla? Aprende sobre los riesgos de la deficiencia, cómo medir tus niveles y cuál es la dosis correcta de suplementación para ti. Además, descubre las diferencias entre la vitamina D que obtenemos del sol y los suplementos. ¡Asegúrate de estar tomando la cantidad adecuada para mantenerte en tu mejor estado!
¿Por qué es importante?
La vitamina D es una vitamina liposoluble que desempeña un papel fundamental en varios procesos fisiológicos en el cuerpo. Aquí hay algunas razones por las que es crucial:
- Salud Ósea: Es quizás más conocida por su papel en la regulación del calcio y el mantenimiento de la salud ósea. Una deficiencia en vitamina D puede llevar a enfermedades como el raquitismo en niños y la osteoporosis en adultos.
- Sistema Inmunitario: La vitamina D también tiene un efecto modulador en el sistema inmunitario. Hay evidencias que sugieren que una deficiencia de vitamina D podría estar relacionada con una mayor susceptibilidad a infecciones, aunque se necesita más investigación en este área.
- Salud Mental: Algunos estudios indican que la vitamina D puede jugar un papel en la regulación del estado de ánimo y la salud mental, aunque las evidencias no son concluyentes.
- Prevención de Enfermedades Crónicas: Existen investigaciones en curso sobre el potencial papel de la vitamina D en la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
- Absorción de Nutrientes: Además de regular el calcio, la vitamina D también facilita la absorción de otros nutrientes como el fósforo, lo cual es crucial para el metabolismo energético y diversas funciones celulares.
- Función Muscular: La vitamina D es esencial para el mantenimiento de la función muscular, y su deficiencia ha sido vinculada con un aumento del riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.
¿Necesito suplementarla?
La forma más precisa de medir los niveles de vitamina D es a través de un análisis de sangre llamado 25-hidroxivitamina D o 25(OH)D.
- Deficiencia: Menos de 20 nanogramos por mililitro (ng/mL).
- Suficiencia: 20 a 50 ng/mL para la mayoría de las personas.
- Exceso: Más de 50 ng/mL, aunque algunos recomiendan no superar los 100 ng/mL.
Consideraciones a tener en cuenta:
Las personas con un tono de piel más oscuro, aquellos que no se exponen al Sol con frecuencia, y quienes viven en latitudes más altas tienen un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D.
Hay factores que pueden afectar los niveles de vitamina D, como ciertos medicamentos, condiciones médicas y obesidad.
Si estás tomando suplementos de vitamina D, es vital no exceder la dosis recomendada, ya que un exceso de vitamina D puede ser perjudicial.
Sin embargo, según estudios, la mayoría de personas tiene más un déficit que un exceso de Vitamina D. Estudios realizados en España muestran como hasta el 87 % de la población mayor de 65 años tiene una deficiencia de vitamina D.
En otro estudio realizado en la población canaria universitaria, se concluyó que un 61% de los estudiantes presentaron insuficiencia de vitamina D y el 32% de los mismos presentaron deficiencia.
Dosis de suplementación
La necesidad de suplementación y la dosis de la misma dependerá de los niveles actuales de Vitamina D en sangre. Los estudios muestran que un suplemento con 2000 UI como el de Life Pro Life Pro Vitamina D3 2000UI; aumentan unos 20ng/ml los niveles de vitamina D en sangre. De igual manera, de manera genérica, cuanto menor sea tu nivel previo de vitamina D en sangre, más facilidad tienes para mejorar los niveles. Es decir, es más fácil aumentar de 20 ng/ml a 25 ng/ml que de 40 a 45.
Si no conoces tus niveles, si es invierno, tu piel tiende a ser oscura, tienes más de 50 - 60 años y pasas mucho tiempo en interiores, es posible que una suplementación con vitamina D de 1000UI – 2000 UI sea beneficiosa.
Diferencias entre la vitamina D “Solar” y oral
Aunque ambas formas son liposolubles y pueden viajar a través del torrente sanguíneo, hay diferencias clave en cómo se obtienen y cómo el cuerpo las regula. Nuestro cuerpo tiene mecanismos para limitar la cantidad de vitamina D producida a través de la exposición al Sol, lo que reduce el riesgo de toxicidad. Sin embargo, la suplementación excesiva con vitamina D3 puede llevar a niveles tóxicos. La toxicidad por una dosis elevada de vitamina D puede llevar a problemas como la calcificación de tejidos y órganos, por lo que siempre es mejor consultar con un profesional de la salud para determinar la necesidad y dosis apropiada de suplementación.
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